miércoles, 9 de mayo de 2018

Están acabados, No pasarán.


Por lo visto un jurista muy experto se ha marchado (ay qué pena me da) 
de la comisión encargada de la reforma del código penal (solo señoros en ella) 
constituida después de la sentencia de la Manada
al parecer porque esta comisión 
le recuerda al nazismo. 
A ese señoro eso de que las mujeres exijamos justicia le parece nazi
porque lo no-nazi ha de ser, entonces, 
eso de que permitamos que nos violen y nos asesinen y además le llamemos a eso JOLGORIO.



La ausencia de lógica del tipo es aplastante, y a parte de obviamente machista me parece tan cretino (o imbécil, gilipollas, tonto del culo, sin cerebro, y todos los sinónimos que se nos puedan ocurrir) y con una capacidad pensante tan atrofiada, que no sé cómo pudo terminar la carrera y ser tan "experto". Pero es que la cosa es así: los machistas no pueden pensar, porque "piensan" con el odio, y así la lógica, la empatía, el sentido común, el sentido de la justicia, el sentido de la medida y otros sentidos y capacidades pensantes y sintientes se ven anulados. Y por eso, todo machista es un imbécil (como poco).
Sé que hay muchos machistas veinteañeros, demasiados, pero aun así me parece que el trabajo de pegadogía feminista que llevamos haciendo durante décadas ha ido calando, y cada vez hay más mujeres y hombres feministas, y el machismo cada vez es algo más rancio y está peor visto y los mismos a los que he visto hacer chistecitos sobre feministas ahora ya no los hacen porque temen quedar como un garrulo de bar con el palillo entre los dientes chorreando acetillo de boquerones en vinagre, como babas de baboso machirulo tratando de mojar el churro. Y es que dan asquito.
Otro cretino nos compara con el nacionalismo catalán y nos llama dogmáticas, como si eso fuese nuevo. La única diferencia es que antes nos lo llamaban los machipedos de las redes sociales y ahora nos lo llaman también los señoros con corbata y escaño, o con corbata y micrófono, o con corbata y puesto de académico en la RAE. O sin corbata pero igual de rancios y antiguos.


Nos pueden llamar lo que les de la gana, pero el feminismo avanza, y va a conseguir la reforma del código penal y no solo eso, va a conseguir (ya lo está haciendo) el cambio de relaciones entre hombres y mujeres en los espacios públicos y privados, desde las asambleas a las cocinas, de las manis a los pañales, desde los votos a la manera de vivir la sexualidad.
Lo va a hacer, lo está haciendo, es imparable, y por eso toda esta reacción machomierda violenta intentando meternos en vereda con violaciones, golpes, sentencias, artículos de periodicucho y tweets encendidos (están que arden de rabia). Pero lo llevan claro.


Sepan los jóvenes machimierdas y los señores pollagrises que lo que llevamos haciendo décadas es imparable, cada vez más imparable, porque nosotras somos cada vez más, porque cada vez tenemos más aliados, y porque ellos están cada vez más decadentes y podridos y acabarán como si Thanos les hubiera dado un repaso, hechos cenizas en su propia decrepitud y en su propio incendio rabioso.

Ellos tienen la fuerza bruta, nosotras tenemos la razón.

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