domingo, 13 de diciembre de 2015

Hacerse la tonta para no pasarse de lista: la inteligencia amordazada.



"El ser reconocido como inteligente o serlo de alguien con talento puede acarrear problemas sociales para las chicas. Por miedo a la desaprobación de sus propias amistades, las chicas muy inteligentes, pueden de manera intencionada, disminuir su propia capacidad. En otras palabras, estas chicas ”se hacen las tontas”. Los padres pueden también estar mandándoles mensajes negativos sobre cómo deben de actuar las chicas, sobre lo educadas que deberían ser, sobre cómo deben de vestirse, sobre con qué frecuencia y en qué tipo de situaciones deberían incluso de hablar o de no hacerlo.(...) la preocupación sobre los errores, lo percibido de las expectativas de los padres y de la crítica de los mismos, eran los factores a destacar en las chicas jóvenes superdotadas con un perfeccionismo insalubre/disfuncional. Poseen una fijación sobre el cometer fallos, lo cual da como resultado altos grados de ansiedad.

En un estudio cualitativo reciente sobre cinco adolescentes superdotadas, ninguna atribuía su propio éxito académico, a la posibilidad de que la causa se debiese a su extraordinaria capacidad. (Callahan, Cunningham, & Plucker, 1994). Otros estudios recientes han indicado que a pesar de la existencia de ”la modestia femenina”, algunas chicas superdotadas, admitieron sus capacidades, después de admitir que tenían miedo, por lo que les deparaba el futuro."


Leyendo el texto del que extraigo los párrafos previos  siento una identificación total con la problemática que describe;si yo, con una inteligencia sobre la media, sé de sobra lo que es tener que hacerte la tonta, o rebajar el nivel del discurso para que no te acusen de "ir de lista", puedo suponer lo que ha de ser para las que son inteligentes muy por encima de la media). Cuando además de inteligente, una mujer es crítica, afirmativa de su posición y criterio, emancipada y atractiva, la neurosis está garantizada. 



¿Qué mujer no ha sentido esto alguna vez? ¿Por qué la represión constante de nuestras capacidades es la dinámica necesaria para evitar hostilidades del entorno? A los hombres no les sucede, a muchos, de hecho, les encanta escucharse a sí mismos aunque no tengan nada que decir, y son escuchados con respeto y admiración por sus pares, cuando no con sumisión al macho Alfa; pero cuando es una mujer la que destaca por inteligencia y carácter, es automáticamente percibida como prepotente y recibe actitudes defensivas, cuando no abiertamente ofensivas y hostiles.

La campaña ban bossyque pretende alertar sobre las consecuencias negativas de los estereotipos que inhibien el liderazgo en niñas y mujeres, mientras incentiva el de niños y hombres, puede hacerse extensiva a otras capacidades que se perciben de modo distinto cuando son performadas por hombres o mujeres como la inteligencia, la firmeza, la asertividad o la claridad de objetivos.  Listilla versus inteligente, borde o histérica vs firme, agresiva vs fuerte, ambiciosa vs enfocado, son la doble visión de los atributos desde una perspectiva machista y androcéntrica de los géneros.



Por citar solo unos ejemplos, recuerdo a mi padre confesándome en mis tempranos veinte años que se sentía en una especie de rivalidad constante conmigo, y que eso le incomodaba; recuerdo a un tío mío a mis treinta años disculpándose conmigo después de haber sido ofensivo, reconociendo que mi inteligencia le hacía sentirse amenazado; recuerdo a algunos novios de hace mil años que me acusaban de hacerles sentir desafiados; mujeres de mi familia diciendo "te crees muy lista solo porque sabes expresarte bien" o a chicas del colegio acusándome de "pensar demasiado". A amigos diciéndome que siendo atractiva, inteligente y sabiendo lo que quiero siempre tendré problemas con los hombres, porque eso no gusta. A parejas sexuales que me reprochan "darles un máster" cuando me expreso en una simple conversación, si es que sostengo un punto de vista que les incomoda y lo sé defender. A jefes pidiéndome que "me limite a hacer lo que se me pide", elogiando mi atractivo y ninguneando mi inteligencia (como anécdota llevo a fuego la ocasión en que como intérprete entre directivos de dos compañías jamás se me reconoció mi buena labor, pero se me pidió llevar faldas a las comidas y cenas de negocios con clientes). Siento que yo "sólo hablo" cuando tantos me perciben como "una listilla". Y reviso el tono, reviso las formas, rebajo el discurso, o no sigo profundizando, o no entro en matices, o me callo. Me hago la tonta para que nadie se sienta incomodado, para no sentirme incómoda yo. Y mientras tanto, cualquier tío toma la palabra y dice lo que quiere sin que nadie lo cuestione.


Algunas mujeres solo nos sentimos plenamente libres en un entorno feminista, porque entre nosotras intercambiamos visiones y saberes de igual a igual y con respeto mutuo, sin etiquetarnos como "listillas" o "prepotentes" (no es que no haya prepotentes entre las feministas, es que no asignamos prepotencia a cualquiera que se exprese con claridad de ideas) y eso debería preocuparnos a todos y a todas; a las mujeres, evidentemente, por la represión/inhibición de capacidades con la que frecuentemente vivimos, si no queremos ir "haciendo amigos" a cada paso (y con ello pagamos neurosis por la escisión vital entre lo que se es, lo que se puede ser, lo que auto-boicoteamos, lo que se logra, lo que se muestra) y a los hombres porque, por dignidad al menos, no debería agradarles saber que se miden con compañeras que rebajan su capacidad por no ofender sus egos. Aunque solo fuera precisamente por ego, debería gustarles medirse con una igual, no con una que inhibe su capacidad, como con un niño pequeño al que se deja ganar para evitar una rabieta.
Nos empoderamos porque antes nos desempoderaron, nos hicieron creer que éramos menos de lo que éramos, o que debíamos aparentar ser menos de lo que éramos, si queríamos vivir en relativa paz. Y vivimos durante toda nuestra edad adulta la reconstrucción de nuestras capacidades mutiladas, de nuestro autoconcepto roto o fragmentado, de nuestra identidad escindida, construyendo al tiempo una persona que conjugue capacidades que nos permitan avanzar, con modestias que nos protejan. Vivimos, en palabras de Marcela Lagarde, en cautiverios sincretismos que, en en demasiadas ocasiones dificultan nuestro desarrollo y salud mental y emocional.

Nosotras los comprendimos hace tiempo, y desde el feminismo tratamos de afirmarnos para que las mujeres dejemos de ser el recurso más infrautilizado, por parafrasear a una mujer nada sospechosa de feminazi, Hilary Clinton, aunque prefiero citar a otra mujer con la que me identifico más: 



Esta relación de igual a igual ha de llegar a toda la sociedad porque la enriquece como conjunto, y la legitima como "democrática" (sin entrar en matices o cuestionamientos sobre el concepto, que ocuparían un espacio que prefiero acotar) cuanto menos desigual y asimétrica sea. La revolución será feminista, o no será.



viernes, 11 de diciembre de 2015

“Nosotras no odiamos a quienes nos odian” (violencia, no violencia, mansedumbre)


"Cuando una mujer dice "odio a los hombres", se refieren al modo 
"deja de herirme a mi y a mis hermanas", 
no al modo "quiero violarte, asesinarte y oprimirte", 
ya sabes, el modo en que los hombres odian a las mujeres"

Nosotras no odiamos a quienes nos odian, el odio solo engendra odio”

Leo en Facebook en un hilo en el que se debate acerca del tuit aquí publicado: "Yo no diré que odio porque eso es lo que quieren para llamarme feminazi"  y me sugiere varias cosas, principalmente dos: la ingenuidad de pensar que con buenismos se logran eliminar los privilegios del opresor (como si quien oprime renunciase a sus privilegios voluntariamente y solo a base de buenas maneras y concienciación), y la idea bien inoculada por todas las clases sometedoras de hacer creer a los sometidos que de algún modo necesitan de la aprobación de los opresores. Personalmente me importa tres mierdas que cualquier machista me llame feminazi, sé en qué lado está cada uno de nosotros y no me interesa contentarles rebajando el tono de mi discurso ni la intensidad de mi furia.

Confundir violencia con legítima defensa es un producto claro de esta sociedad de clases antagónicas (sean por raza, estatus o género) para evitar disidencias preocupantes. Ser mansos es un mandato de toda religión organizada al servicio del mantenimiento de los privilegios de unos pocos.

Mantener activa la Coelhiana “ética” del “ama y piensa positivo”, reforzado con el topicazo simplista de que "del odio solo pueden salir malas consecuencias" es desmovilización disfrazada de pseudo filosofía, promovida por los poderosos, y supone no haber entendido el tuit (y la lucha social) ni un ápice, porque lo que la frase tuiteada pone de relevancia es que el odio del sometedor es violencia para someter, y el odio de las sometidas es toma de conciencia y revulsivo contra la violencia recibida. Sostener que desear mal (odiando al opresor) es en algún modo equiparable a violentar a los oprimidos, es además una falacia: DESEAR MAL Y HACER MAL NO VAN NECESARIAMENTE UNIDOS; además, odiar para someter es un acto CONTRA otro; odiar para liberarse de un yugo es obrar A FAVOR de sí y las semejantes.



“No odio a los que me odian” supone, además de una lógica argumentativa sesgada por los factores ya mencionados, varias cosas más: ¿Qué salud mental y emocional puede generarse en un ser humano que es reiteradamente violentado y no reacciona con violencia legítima a esa violencia? Represión. El imperativo de la mansedumbre, confundida con no violencia. Además, implica una arrogancia extrema disfrazada de humildad: la arenga buenista de la que se erige autocontrolada y en plena posesión de sí, escogiendo el bien sobre el mal delata unas ínfulas de superioridad moral que atufan de lejos. ¿Quién se autoriza a sí mismx a sermonear sobre escoger no odiar a quien está siendo golpeada y violada? ¿Quién tendría la suprema soberbia de decirle a una mujer que está siendo apaleada y abusada que no odie a su apaleador y abusador? Las mujeres somos apaleadas a diario en todo lugar y tiempo, y se nos pide, incluso entre nuestras propias filas, que reconsideremos nuestras emociones y estrategias: ¿Para qué, para quién? ¿Para vivir reprimiendo emociones legítimas? ¿Para ahogar estrategias necesarias? ¿Para satisfacer al tipo que mantiene su bota sobre nuestro cuello?

Hace rato que es hora de que las mujeres nos liberemos del mandato de la “mujer virtuosa”, el ser-para-otros, que antepone el bienestar ajeno (hasta el de propio verdugo) que el propio. Si el bienestar necesita en cierta medida de rabia, odio, o defensa propia para construirse, bienvenidos sean todos. Las que nos antecedieron lo sabían (pero parecen no saberlo las actuales buenrollistas): con mansedumbre no se avanza. lo supieron las obreras anarquistas, lo supieron las burguesas sufragistas, lo supieron Alejandra Kolontai, Angela Davis, Susan B. Anthony y otras muchas. Y ellas supieron luchar con noviolencia, pero siendo fieras y haciendo uso de la legítima defensa propia.




Nietzsche se equivocó cuando dijo: “No se odia mientras se menosprecia. No se odia más que al igual o al superior”. Hay odios legítimos y furibundos de los oprimidos a los opresores; se les odia desde el desprecio, pero también desde la inferioridad de estatus (que no moral). Se les odia porque así nace, se les odia porque así lo merecen, se les odia porque es el único lenguaje que son capaces de escuchar. Los demás lenguajes (la pedagogía, la sororidad, el diálogo) se emplearán con los aliados y aliadas, con los co-constructores de una sociedad distinta, más equitativa, y por ende, menos violenta, y cuando esta sociedad empiece a emerger, la violencia irá cediendo, por innecesaria. 


ÉPICA


Los hombres (y su cultura) saben hacer épica de cada pedo que se tiran, y sin embargo nosotras, que de tantas luchas hemos salido magulladas pero enteras, y cada vez más fuertes, parecemos lamentarnos cuando relatamos las violencias recibidas.


Ha de cambiar la visión que convierte en héroe a cualquier portador de pene haga lo que haga (marcar un gol, ganar dinero, follar mucho, cambiar un jodido pañal) y que de nosotras hace mártires. Nosotras que parimos, criamos, hacemos malabares para conciliar, para llegar a fin de mes, seguir formándonos, seguir siendo personas lo más completas posibles, curando heridas propias y ajenas. Sobreviviendo a violaciones y golpes, lamiendo el odio a la par que las llagas, dignificándonos a cada paso.



Dime, ahora que me lees ¿es mi reflexión un novelón de drama queen o es verdadera épica de género ninguneada desde el falocentrismo de las miradas que valoran el pedo del macho y menosprecial el parto de la hembra?


No tenemos que cambiar nosotras, ni nuestro relato, ni nuestro modo de contar. Tiene que cambiar la mirada, graduar la vista del que observa y juzga desde su sesgo enfermo y enfermante.


martes, 1 de diciembre de 2015

SINDROMIZÁNDONOS LA VIDA

“Las autoridades sanitarias advierten que…”

Autoridades Sanitarias: ¿por qué AUTORIDADES y no, por ejemplo, Expertos? La nomenclatura no es casual, dar rango de autoridad a una institución le confiere incuestionabilidad y se le presupone cierta obediencia por quienes no estamos imbuídos de dicha autoridad. Y así es como las Autoridades Sanitarias desde su dictadura nos arrasan los cuerpos con fármacos y las mentes con trastornos.

Creo que la psiquiatría, en su deriva actual, es uno de los grandes males del siglo XXI, la biblia psiquiátrica, el DSM, es un compendio de trastornos y síndromes que no para de crecer (ya vamos por el “fascículo” 5 de esta serie por entregas) que nos dice qué es la normalidad y qué es lo anormal, y que nos dice, no solo eso, también nos aclara que lo "anormal" es enfermo. Pero ¿quién dicta, y en base a qué criterios, lo que es normal?

Estar deprimido no es estar enfermo, a menos que haya desórdenes bioquímicos, en una sociedad cuya tendencia es enfermar a la población, puesto que es el sistema el que está enfermo. Ser desordenado o distraído no es una enfermedad, y sin embargo se sobrediagnostica TDAH (suponiendo que realmente el TDAH exista en absoluto y pueda considerarse efectivamente una enfermedad) a cualquier niño que se mueve, se pierde en clase, no está motivado o se aburre. (Podéis leer mis opiniones y vivencia al respecto como educadora, crítica con el sistema educativo, y madre de un niño diagnosticado con TDA, aquí: http://pensamientopeligroso.blogspot.com.es/2014/12/trastorno-por-deficit-de-atencion-tda.html ). Ser tímido o tener intereses y capacidades peculiares, no convierte a un niño en Asperger, y sin embargo se sobrediagnostica este trastorno entre otros del espectro autista:

“A los niños y adultos con déficits interpersonales significativos se les está metiendo en el mismo saco que a los niños y adultos con problemas de adquisición del lenguaje. Actualmente, con los criterios de diagnóstico de Asperger cada vez más vagos, a los niños y adultos que son tímidos y retraídos, que tienen intereses raros como horarios de tren o estadísticas de béisbol, y que tienen problemas para relacionarse con sus iguales, pero que no tienen problemas de adquisición del lenguaje, se les coloca en el espectro del autismo.”


Esta cita está extraída de un artículo del psiquiatra Paul Steinberg publicado en The New York Times el 31 de enero de 2012, todo él bastante crítico al respecto de los criterios de diagnóstico –cada vez más laxos- utilizados para el Síndrome de Asperger (podéis leer una traducción del artículo aquí: https://dejemoslescrecer.wordpress.com/2015/04/30/el-sindrome-de-asperger-y-su-historia-de-sobrediagnostico-del-sindrome-de-asperger/  )



El sobrediagnóstico de trastornos en la infancia se extienden a otras “enfermedades” que como poco pueden resultar cuestionables, como el TDAH ( http://noticias.lainformacion.com/salud/pediatras-alertan-de-un-posible-sobrediagnostico-del-tdah-en-espana_ggdcTzjsgK9dyDSZK0LQF5/)  y sin embargo los profesionales de la educación siguen derivando a los equipos de orientación al alumnado molesto en busca de explilcaciones científicas para lo que con mucha frecuencia se explica por la simple diversidad de modos de ser de la infancia. Se sigue llevando a los niños al pediatra, y este derivando a psiquiatría infantil, por problemas de falta de atención, timidez, inquietud, agitación motriz, confundiendo en muchos casos una dificultad con un problema, y un problema con un trastorno. No son niños enfermos, son niños.


Tampoco los adultos escapamos a esta tendencia: vivimos un sistema laboral esclavizante y precarizante, un ocio alienante y relaciones interpersonales dirigidas por la lógica del mercado (busque, compare, y si encuentre algo mejor, y más barato, cómprelo) y después cuando vivimos las consecuencias emocionales de la máquina nos medican y nos etiquetan: ansiedad, depresión, baja laboral. Claro que necesitamos medicación y reposo para reponernos del virus social que padecemos, pero no somos enfermos. Somos seres inteligentes, con necesidades, sometidos a una presión infernal y tratando de sobrevivir a ella. La única cura real a esta situación es una revolución social que ataque la perversidad de un sistema económico que atenta contra la vida, pero mientras tanto, nuestro organismo se verá  abocado a tratar de lograr una cierta homeostasis entre sus necesidades fisiológicas y la presión del entorno, y nuestras psiques pagarán las consecuencias, pero no a causa de una incapacidad biológica, sino de un intento de sana adaptación a una sociedad enferma. Ya lo dijo Krishnamurti: "No es signo de buena salud el estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma."


Los adultos tratamos de aprender a manejar nuestras dificultades, a encajar los reveses de la vida, a veces podemos mejor, otras peor, pero los niños tienen menos experiencia para manejar situaciones de estrés, frustración, ansiedad, o dolor emocional, y en lugar de construir una sociedad que les ayude en su evolución y su gestión emocional, naufragamos en una sociedad que les convierte en enfermos.

Claro que existe la enfermedad mental, pero cuando los criterios para definir si un niño o adulto tienen un trastrorno se basan en simples baterías de test que evalúan su adaptación al entorno, sin ninguna evidencia médica de lesión física, o fisiológica que demuestre una deficiencia biológica entonces probablemente no estemos ante ningún síndrome: NO ES ENFERMEDAD, ES CONTROL SOCIAL.  Y aquí volvemos a donde empezamos: “Las AUTORIDADES Sanitarias dicen que….”. 


Nos están trastornizando como seres humanos, nos están sindromizando la vida, enferman la sociedad y luego nos medican. Por favor, POR FAVOR: busquemos, informémonos, escuchemos pero siempre que sea posible Desobedezcamos a las Autoridades Sanitarias. Por nuestra salud mental. 


lunes, 30 de noviembre de 2015

A LO MEJOR PREFERIRÍAIS QUE CALLASE

"Me gusta cuando callas,
porque estás como ausente"


A lo mejor preferiríais que callase
para no oír vuestras propias voces
porque cuando alguien desnuda el alma
cada vez
obliga a otros a mirar la suya
aunque no quieran
aunque se disfracen…

Y es que, ciertamente, tiene su peligro:
la verdad no viene nunca en soledad
la verdad llama a más verdad,
solo que no siempre se dice en voz alta.
A veces solo resuena en lo privado de nuestras mentes
en lo más escondido de nuestras psiques
y desde esos rincones en los que queremos 
relegar nuestras sombras
éstas se van deslizando hacia fuera, 
en un sururro a veces
o en ruidosa cacerolada 
porque solo quieren ser descubiertas,
vistas,
escuchadas,
atendidas, 
iluminadas,
para así poder dejar de ser sombras
 y ser Luz.

Pero igual que a veces la luz hiere a los ojos
y nos cubrimos con lentes oscuras
de la misma forma la verdad nos daña
-o eso creemos-
y elaboramos capuchas, y máscaras,
y disfraces
y más sombras sobre las sombras
hasta olvidar quienes somos,
o sobre qué estamos paradxs.

A lo mejor preferiríais mi silencio
para no tener que mirarme a los ojos
para no tener que asentir y decir:
entiendo,
o decir:
yo también, 
porque eso sería como admitir 
que también sois frágiles,
que no sois invulnerables, indestructibles,
de acero inoxidable.
que tal vez sois también supervivientes, 
o víctimas, 
o culpables.
y entonces tendríais que parar un momento,
tomar aire,

y llorar.
y rabiar. 
y tomar decisiones.
y actuar en consecuencia.

Pero no, ya no, 
desagámonos del miedo, 
de todos los miedos:
 de llorar,
de rabiar,
de tomar aire,
de ser frágiles
de afrontar la propia fortaleza,
de iluminar rincones oscuros,
porque aireando, tirando lo viejo y abriendo ventanas
es como se hace limpieza en las viejas casas llenas de polvo,
y además,
después de eso solo queda seguir caminando…

pero mucho, mucho más libres.



DECÁLOGO DE LA MUJER PERFECTA (SEGÚN EL PATRIARCADO)

Recupero algo que escribí hace ya 8 años. agrego imágenes del ayer y el hoy, para ver la gran evolución del modelo de mujer perfecta para el perfecto machirulo. 




  1. Amaré a mi hombre más que a mí misma y renunciaré a todo por amor verdadero. El amor verdadero es incondicional, amar significa renuncia, y el perseguir metas propias, egoísmo o irresponsabilidad.

  2. Estaré delgada (una talla 38 como máximo) por encima de todas las cosas. Pasaré hambre o me sentiré culpable cuando no lo hago. Odiaré mi cuerpo si no se ajusta al de una ninfa de quince años.

  3. No envejeceré nunca, y si lo hago, me operaré para estar (nunca ser) siempre perfecta

  4. Me depilaré regularmente las piernas, las axilas, el bigoyr y la línea del bikini con cera caliente, las cejas con pinzas. o mejor, una depilación definitiva con láser de cuerpo entero, como volver a los 11 años; me gastaré un pastón en cremas antiarrugas, hidratantes, nutritivas, exfoliantes, reafirmantes y anticelulíticos, y en base de maquillaje, maquillaje, anti-ojeras, colorete, sombra de ojos, rimmel, pintalabios, perfiladores de ojos, y de labios y demás utensilios propios de mi sexo. Visitaré regularmente la peluquería o me teñiré en casa para ajustarme al presupuesto familiar.

  5. Valoraré el vello del hombre como muestra de su virilidad y sus michelines como parte de su encanto, sus canas son muestra de madurez y su calvicie, entrañable.

  6. Cuidaré de mis hijos y de mi casa en mayor medida que mi hombre porque solo una mujer que pare sabe lo que es ser madre… ellos son distintos. pero fuera de casa trabajaré tanto como él, para no ser una mantenida. nosotras podemos con todo. 

  7. Una mujer liberada es aquella que es capaz de trabajar fuera a pleno rendimiento, lleva la casa de forma diligente, es una madre cariñosa y atenta y siempre está como un pincel de arregladita. Dormir, es prescindible. El ocio, innecesario.

  8. Mi sexualidad no existe, no tengo deseos, solo me excita mi marido, y soy sumamente pasiva ---------------o bien (esto depende del tipo de hombre que dicte la norma):Me encanta el sexo invasivo, centrado en el coito y la penetración, me gusta el aquí te pillo aquí te mato, mi sexualidad se basa en la adoración y admiración por el pene, me encanta la felación (yo a mi pareja, claro), y que terminen en mi cara, si mi pareja así lo estima. La sexualiad del porno es mi modelo. No existe el clítoris, si mi marido no lo encuentra.

  9. La convivencia con mi hombre consiste en negociar, transigir… no entrar en conflicto, porque las mujeres somos muy perseguidoras, y eso, está muy mal. Jamás sacaré los pies del tiesto, más vale maña que fuerza…

  10. Las mujeres no nos asociamos, cuando nos juntamos nos convertimos en arpías. Aisladas y calladitas estamos más guapas. Dos mujeres juntas son akelarre...

.                                                  ...de ayer a hoy... ¡cuánto ha cambiado!

domingo, 29 de noviembre de 2015

LA PERSPECTIVA DE GÉNERO SEGÚN MARCELA LAGARDE (I). EXTRACTOS.

"El análisis de género es la síntesis entre la teoría de género y la llamada perspectiva de género derivada de la concepción feminista del mundo y de la vida. Esta perspectiva se estructura a partir de la ética y conduce a una filosofía posthumanista, por su crítica de la concepción androcéntrica de humanidad que dejó fuera a la mitad del género humano: a las mujeres. Y, a pesar de existir en el mundo patriarcal, las mujeres han sido realmente
existentes. Es notable que el humanismo no las haya advertido. La perspectiva de género tiene como uno de sus fines contribuir a la construcción subjetiva y social de una nueva configuración a partir de la resignificación de la historia, la sociedad, la cultura y la política desde las mujeres y con las mujeres.
(...)



Desde un análisis antropológico de la cultura es importante reconocer que todas las culturas elaboran cosmovisiones sobre los géneros y, en ese sentido, cada sociedad, cada pueblo, cada grupo y todas las personas, tienen una particular concepción de género, basada en la de su propia cultura. Su fuerza radica en que es parte de su visión del mundo, de su historia y sus tradiciones nacionales, populares, comunitarias, generacionales y familiares.(...)Como es evidente, la cosmovisión de género es desde luego parte estructurante y contenido de la autoidentidad de cada uno.(...) Es importante identificar las diversas cosmovisiones de género que coexisten en cada sociedad, cada comunidad y cada persona.



Esta perspectiva de género analiza las posibilidades vitales de las mujeres y los hombres; el sentido de sus vidas, sus expectativas y oportunidades, las complejas y diversas relaciones sociales que se dan entre ambos géneros, así como los conflictos institucionales y cotidianos que deben enfrentar a las maneras en que lo hacen.
(...) 



¿Es posible que las relaciones entre los géneros marcadas por el dominio y la opresión, y las formas de ser mujer y ser hombre en las condiciones patriarcales favorezcan el desarrollo social, la realización de los derechos humanos y el mejoramiento de la calidad de vida?
(...)
El análisis de género feminista es detractor del orden patriarcal, contiene de manera explícita una crítica a los aspectos nocivos, destructivos, opresivos y enajenantes que se
producen por la organización social basada en la desigualdad, la injusticia y la jerarquización política de las personas basada en el género.
(...)



Las mujeres han compartido sus descubrimientos, comparado y sistematizado su experiencia y poco a poco han tejido consensos a las alternativas. En este ir y venir, en este fluir comunicativo de las mujeres, ellas se han globalizado, han aprovechado los canales formales e informales creados para intercomunicar a otros sujetos e intercambiar otros bienes, y se han colocado en espacios primordiales para impulsar la causa de las mujeres y
hacerla una causa social, de mujeres y hombres, de organizaciones y organismos, de Estados y de instituciones internacionales.
(...) 

Con las limitaciones evidentes originadas en las carencias y dificultades de las mujeres, la falta de recursos suficientes, la incomprensión y la hostilidad sistemática que han debido enfrentar, nunca antes ellas habían vivido una experiencia de identidad y política tan abarcadora que incluye a mujeres de todo el mundo y de todas las condiciones sociales, que contara con recursos de producción, difusión y puesta en práctica de alternativas concretas.
(...)



En el sentido patriarcal de la vida de las mujeres deben vivir de espaldas a ellas mismas, como serespara-los-otros. La perspectiva de género expresa las aspiraciones de las mujeres y sus acciones para salir de la enajenación para actuar cada una como un ser-para-sí y, al hacerlo, enfrentar la opresión, mejorar sus condiciones de vida, ocuparse de sí misma y convertirse por esa vía en protagonista de su vida.Las mujeres se proponen conformar a su género como un sujeto social y político (...)


HACIA LA UTOPÍA, PASO A PASO CONSTRUYENDO JUSTICIA SOCIAL (BREVE NOTA II JORNADAS UAM)




Interesantes las II Jornadas de la UAM sobre Igualdad de Géneros (estos encuentros son siempre inspiradores, como poco) sobre las cuales publico una breve nota con mis impresiones. 


Durante la segunda mesa, profesionales del ámbito social compartían experiencias de intervención en violencia de género; participaron Pilar Barriuso (Agente de Igualdad de la Comunidad de Madrid), Jesús de la Concepción (Trabajador Social, experto en Género y Salud), Lierni Munduate (trabajadora en una Unidad Móvil de atención jurídica y social a mujeres víctimas de trata con fines de explotación sexual y prostitución, de la Comisión de Investigación del Maltrato a las Mujeres) y María José Jiménez (Presidenta de la Asociación Gitanas Feministas por la Diversidad, actualmente número uno de Podemos por las listas salmantinas; junto a su compañera Alba). 




Por razones de espacio me es imposible reproducir aquí todo lo que las compañeras compartieron sobre estas experiencias tan enriquecedoras, así que me limitaré a tratar de expresar en un par de párrafos mis sensaciones y el revolotear de palabras clave que durante la mesa trataban de formar en mi cabeza una idea articulada; rescato para ello un par de de palabras/ideas-fuerza de cada intervención.



Pilar habló de falta de voluntad y de constancia en la voluntad de unos y otros agentes sociales y educativos para trabajar desde una perspectiva de género; Lierni, de la necesidad de escuchar y comprender las realidades sobre las que trabajamos para mejorar nuestra intervención; Jesús habló de privilegios y del curro personal que cada cual ha de hacer sobre sí mismx, y que repercutirá en nuestro trabajo; Mª José habló de prejuicios y estereotipos sobre la comunidad gitana que suman opresiones a las de género en el caso de las mujeres gitanas






Me parece que entre todos lograron definir los ingredientes necesarios para todo curro social (sea profesional o desde el activismo) no colonizador ni paternalista, y por tanto realmente respetuoso y transformador: VOLUNTAD Y COMPROMISO, ESCUCHA Y APERTURA, CONCIENCIA Y TRABAJO SOBRE LOS PROPIOS PRIVILEGIOS, DEPURACIÓN DE ESTEREOTIPOS, ABOLICIÓN DE TODA TUTELA SOBRE LOS PROTAGONISTAS DE SU PROPIA EMANCIPACIÓN. 



Una reflexión personal: A veces el miedo a caer en colonialismos culturales  o la culpa cuando creemos haberlo hecho, nos inmovilizan en la actuación. A veces el prejuicio del "colonizado" que nos limita el acceso a su mundo por prevención ante su idea del presunto colonizador, cierra posibles acciones conjuntas y de aprendizaje mutuo. Por encima de las diferencias y miedos confío en la capacidad de establecer alianzas. Alianzas que estén también por encima de lo concreto de las agendas propias de cada colectivo, para sumar fuerzas en pro de lo que María Jesús nombró como "buscar la utopía".



Dos frases, para terminar.



Yo también camino (de ahí mi nick) en busca de esa Utopía, la Justicia Social de la que hablaban las compañeras de Gitanas Feministas, y me quedo con la confianza en que nuestros avances, por más que sean contestados por la reacción de los defensores del status quo, son permanentes e imparables a largo plazo.



Yo también suscribo las palabras de Jesús, cuando definió claramente el lugar que se ha de tomar en todo momento ante el conflicto entre posiciones antagónicas de justicia/injusticia: "No se trata de mediar, se trata de posicionarse".


Son tiempos en los que es urgente tener voluntad, constancia, escucha, respeto y posicionamiento comprometido para caminar, desde todos los ámbitos de transformación social,  en alianzas potentes en dirección a esa Utopía de la Justicia Social, continuando con los pasos dados por quienes nos antecedieron, y legando los logros a los que nos siguen y continúan, hasta la victoria, siempre


jueves, 26 de noviembre de 2015

25N: UN PAR DE ANÉCDOTAS




Ayer tuvo lugar el Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres y en muchos lugares del mundo salimos a marchar exigiendo medidas efectivas para afrontar las violencias machistas. En Madrid fuimos numerosas, pero como siempre, mujeres en un 90%: se ve que la violencia ejercida por los hombres contra las mujeres aún les resulta a los perpetradores (por acción, connivencia u omisión) un tema que no va con ellos, jodida paradoja. 


Me cuenta una compañera que estuvo en una mesa de sensibilización en Sol, que muchos hombres se acercaban con la cantinela de siempre ¿y qué pasa con la violencia hacia los hombres? (machicryers everywhere). No me voy a extender en explicar lo que ya deberían saber (o ya saben, pero son cansinos; en una guerra de desgaste que no comenzamos nosotras), las feministas ya estamos cansadas de hacer pedagogía para oídos sordos y estamos en modo ahorro de energía con machitrolls reincidentes y reiterativos, así que nos basta con responder con memes y letreritos sencillitos, para que no digan que no entienden, como este:



La reactividad de los machos que ven sus privilegios hacer aguas va en aumento cada día (ladran, luego cabalgamos) y a nosotras nos toca hacer un ejercicio de resistencia constante porque hasta entre los compañeros "de izquierdas" nos topamos con hostilidades más o menos directas, mansplanings en toda regla y esparramachismos a tutiplén.

Entre las últimas sobradas de los machiplastas destaco dos, por significativas. El viernes pasado, en una presentación de un libro sobre Alejandra Kolontai (que aprovecho para promocionar, ha sido editado por Horas y Horas, y al cuidado de Ana de Miguel)  después de hablar las tres protagonistas del evento, se nos dio la palabra.

Espacio de mujeres, mesa de mujeres, público femenino: ¿adivinan quien pidió la palabra en primer lugar?


¡Efectivamente! un machote que nos quiso explicar el mundo (porque claro, las mujeres somos tontas y no entendemos de política, y las de la mesa que tienen un largo recorrido militante y conocimientos de teoría política potentes tampoco saben nada si no lo explica un tío 30 años más joven y verde con sus topicazos) y ahí se esparció el muchacho y se marcó una machicharla hasta que una compañerera le cortó. y qué bien le cortó, con su bebé en brazos y su firmeza en la voz. Esa es autoridad de la bonita, lo otro solo es esparramachismo del que ya aburre tela. Y no se cansan, oiga.



Y anoche, durante la concentración en Sol tras la marcha, mientras las compañeras de la batukada tocaban para cerrar el acto, un tipo como un armario se fue abriendo paso desde el final hasta el principio, colocándose frente a todas y justo delante de mi hijo, quien dejó de bailar (y de ver a las compañeras que tocaban, con un tío de 1,80 insertando su culo delante de su carilla perpleja, por su santo privilegio y falta de el más mínimo tacto o educación) y me miró desconcertado. Osea, que en una marcha mayoritariamente compuesta por mujeres, en un acto contra las violencias machistas, un maromo tiene los cojonazos de adelantarse a todas, taparnos con su espalda y con la poca vergüenza de colocarse justo delante de un niño de diez años, dejándole cero visibilidad y el mínimo espacio. Porque sí, porque le sale del falocéntrico miembro.

                            

La sangre se me encendió (¿qué estaba aprendiendo mi hijo si la cosa quedaba así?) y le cogí del brazo, diciéndole que no, que ni de coña, que allí estaba el niño, que se apartara y se pusiese en otro lado. El tipo seguía bailando y yo seguí tirando de su brazo y empujándole el hombro, sin hostilidad pero sin ceder, y nos señalé a todas diciéndole "Aquí ni de coña, chaval".

Y se tuvo que pirar. Miles de mujeres le rodeábamos, sus huevazos de homo erectus pesaban más (o eso creía él) que nuestro derecho a disfrutar de aquel espacio en paz, pero se tuvo que pirar. Y lo más jodido es que yo no las tenía todas conmigo; ni siquiera allí, entre mis compañeras, estaba segura de que el mamarracho no se pondría violento, de tan sobradete como estaba y tan borracho como iba. Y así es TODO, y lo cuento como anécdota, sabiendo que no lo es. Porque no es anecdótico que ni siquiera en nuestros propios espacios estemos a gusto, ni tampoco seguras. Tienen el mundo entero ocupado y no les basta, les agrede cada milímetro que tomamos para nosotras mismas y lo invaden con su asquerosa machirulez haciendo ostentación de violento poder patriarcal, a sabiendas de lo que hacen o por simple inercia, simplemente porque pueden, y porque es lo que han hecho siempre.  Pero nosotras no daremos ni un paso atrás.



Las exigencias de ayer fueron claras: prevención, coeducación, recursos de protección, el fin de los recortes y de la feminización de la pobreza que se ha agudizado con la reforma laboral y la "crisis" económica y el compromiso de los medios de comunicación para informar adecuadamente sobre las violencias machistas. Que el terrorismo machista sea cuestión de Estado.


Podéis leer el manifiesto completo, con todas las exigencias, aquí: https://asambleafeministaunitaria.wordpress.com/2015/11/25/25-n-dia-internacional-por-la-eliminacion-de-las-violencias-contra-las-mujeres-2015/


Seguiremos adelante, juntas, resistiendo y avanzando, hasta que todo esto que es el pan nuestro de cada día, empiecen a ser, efectivamente, meras anécdotas aisladas, por fin. No nos queda otra, y a ellos, los violentos, tampoco, porque esto es lo que hay y no hay vuelta atrás: Ni una mujer menos, ni una asesinada más.